Es en la cima del Cerro de las Campanas en la Ciudad de Querétaro
donde se encuentra el imponente monumento a Benito Juárez García,
quien por 14 años llevó en su pecho la banda presidencial
y fue una de las principales figuras nacionales durante el convulsionado
siglo XIX.
Benito Juárez, oaxaqueño nacido el 21 de marzo de 1806,
lleva en su temprana infancia una vida un tanto azarosa, recibiendo su
instrucción académica en un seminario en la Ciudad de Oaxaca,
para que en 1834 recibiera el título de licenciado en derecho por
el Instituto de Ciencias y Artes del Estado.
Teniendo como su mentor al liberal Miguel Méndez, lleva un impresionante
ascenso en su carrera política y dentro de la judicatura, ya que
desde su elección como regidor del ayuntamiento se proyectó
como un hombre de fuertes convicciones, al grado de luchar contra los abusos
de los clérigos y lograr la reivindicación de los ofendidos.
Así las cosas, fue diputado local, magistrado del Tribunal Superior
de Justicia, juez civil y finalmente gobernador de Oaxaca.
Tras regresar del exilio al que Santa Anna lo condenó, se une
con Ignacio Comonfort y Juan Álvarez en la revolución liberal
inspirada por el Plan de Ayutla de 1854. Una vez que ésta
triunfa, dan inicio las conocidas leyes de reforma, expidiéndose
el 23 de noviembre de 1855 la
Ley sobre administración de justicia,
y orgánica de los tribunales de la nación, la cual suprimió
los fueron eclesiásticos y militares, dentro de la presidencia de
Álvarez.
Dadas las presiones ejercidas sobre el gobierno radical, el presidente
Álvarez renuncia y su lugar es tomado por Comonfort, moderado en
ese sentido. En noviembre de 1857 Comonfort fue electo presidente y Juárez
toma cargo como presidente de la Suprema Corte de Justicia, cargo que legalmente
era considerado como la vicepresidencia.
Félix Zuloaga, general conservador y apoyado por dicho grupo
pacta y después traiciona a Comonfort haciéndolo renunciar
al cargo. Es entonces cuando Juárez asume la presidencia de la República
e inicia una feroz persecución contra su gobierno, huye del país
y regresa al puerto de Veracruz el 4 de mayo de 1858. Finalmente y tras
dos sitios establecidos por Miguel Miramón en 1859 y 1860, la victoria
liberal de Calpulalpan el 22 de diciembre de 1860 abre el paso a Juárez
para su entrada triunfal a la capital el 11 de enero de 1861.
Sin embargo, la agitación política cobró como víctimas
a hombres como Miguel Lerdo de Tejada, Ocampo, entre otros; además
el erario público hizo imposible el pago del servicio de la deuda
externa, por lo que el 17 de julio de 1861 Juárez expide un decreto
por el cual suspende por dos años ese pago. Francia rompe relacionas
diplomáticas y en la Convención de Londres del 31 de octubre
acuerda junto con Inglaterra y España intervenir militarmente en
México.
Una vez que desembarcan en Veracruz, el gobierno consigue acordar con
Inglaterra y España (9 de abril de 1862), pero Francia no ceja y
avanza el día 19, tomando Orizaba al siguiente día. El 17
de mayo de 1863 los franceses toman Puebla y Juárez huye y se refugia
en San Luís Potosí hasta el 22 de diciembre.
No fue sino hasta el 15 de mayo de 1867 que las fuerzas republicanas
obtienen un triunfo decisivo en la Ciudad de Querétaro. Siendo ejecutados
en el Cerro de las Campanas Maximiliano de Habsburgo, Miramón y
Mejía el 19 de junio. El día 15 de julio Juárez entra
triunfante a la Ciudad de México.
Juárez fue reelecto en 1867 y 1871, pudiendo presenciar el desmoronamiento
del grupo liberal en las facciones juarista, lerdista y porfirista. Porfirio
Díaz Mori, general, lanzó su
Plan de la Noria manifestando
su desacuerdo por la reelección de Juárez de 1871, la cual
fue sofocada poco después.
Benito Juárez falleció el 18 de julio de 1872 tras una
vida llena de innumerables episodios. Su legado es su propia fortaleza,
triunfando primero ante los conservadores y luego frente al II Imperio,
portando siempre la bandera liberal.